domingo, 8 de febrero de 2009

lunes, 2 de febrero de 2009

Stella Awards

En ocasiones nos llegan correos electrónicos cuya información nos provoca cierta alarma en cuanto a su veracidad.

¿Qué debemos hacer en estos casos?

Obviamente intentar verificar la información. Lo cuál, puesto que estamos trabajando con medios informáticos puede ser rápido y sencillo.

Propongo averiguar la verdad sobre un correo que, en varias ocasiones, he recibido. Su título es "Stella awards" y a continuación reproduzco el correo íntegro.
Los Stella Awards son unos premios judiciales que se dan anualmente en USA para poner en evidencia su ridículo sistema judicial.
Estos premios llevan el nombre de Stella Liebeck, la cual, en 1992, a la edad de 79 años, su-frió un accidente en un McDonalds al caérsele por encima el café y produciéndole quemaduras de diversa consideración. Fue indemnizada con 2.9 millones de dólares. Desde entonces, en las tazas de café se advierte de que el contenido está muy caliente y de su peligro.

PREMIOS:

SEPTIMO PUESTO
Kathleen Robertson de Texas fue indemnizada con 780.000 dólares por un jurado tras romperse un tobillo después de tropezar y caerse por culpa de un niño que estaba corriendo en una tienda de co-cinas. Los dueños de la tienda se sorprendieron al ser obligados a pagar dicha cantidad, más aun al saber que el niño que tan mal se había comportado era el hijo de la señora Robertson.

SEXTO PUESTO
Carl Truman de Los Ángeles y de 19 años, ganó 74.000 dólares más los gastos médicos cuando un conductor pasó por encima de su mano con el coche, un Honda Accord. Carl Truman no se dio cuenta de que había alguien al volante del coche cuando se puso a robarle los tapacubos.

QUINTO PUESTO
Terrence Dickson, de Pennsylvania, estaba abandonando una casa después de robarla, y decidió salir por el garaje. No fue capaz de salir porque la puerta estaba rota, y al intentar volver a la casa se dio cuenta de que la puerta que conectaba ambas estancias eran de un único sentido y no podía salir o volver a la casa. La familia estaba de vacaciones, y el señor Dickson estuvo encerrado en el garaje durante ocho días. Para sobrevivir, lo hizo a base de Pepsi y un enorme saco de comida para perros que encontró. Denunció al dueño de la casa por los daños morales sufridos por aquel incidente, y el jurado accedió a situar la indemnización del propietario al ladrón en 500.000 dólares.

CUARTO PUESTO
Kara Walton de Claymont, Delawere, denunció con éxito al propietario de un “pub” nocturno de la ciudad cuando ella se cayó desde la ventana del baño al suelo y se rompió los dientes contra el sue-lo. Esto ocurrió mientras la señorita Walton intentaba colarse por la ventana del baño de mujeres para no pagar la cuenta de 3,50 dólares. El propietario tuvo que abonarle 12.000 dólares y gastos dentales.

TERCER PUESTO
Un restaurante de Philadelphia tuvo que pagar 113.500 dólares a Amber Carson, después de que resbalara con un refresco y se rompiera el coxis. Dicho líquido estaba en el suelo porque ella se lo había lanzado a su novio media hora antes durante una pelea.

SEGUNDO PUESTO
Jerry Williams , de Arkansas, percibió 14,500 dólares más los gastos médicos después de ser mor-dido en el culo por el perro de su vecino. El perro estaba encerrado en una jaula dentro del jardín de su propietario. La indemnización fue menor al percibir el jurado una cierta provocación en el hecho de que el señor Williams estuviera disparándole al perro desde arriba de la jaula con una pistola de bolas.

CAMPEÓN
Mr. Mery Grazinski, de Oklahoma City, en Noviembre de 2000 se compró una caravana de las grandes marca Winnebago (de las que son a la vez coche y caravana). En su primer viaje, estando en una autovía, seleccionó el dispositivo que fija una velocidad de crucero a 70 millas por hora (unos 120 km/h) y se fue a la parte de atrás a prepararse un café, con la caravana en marcha a semejante velocidad. No sorprende el hecho de que el camión/caravana siguiera recto y tomara la tangente en la primera curva y colisionara. Mr. Grazinski contrariado denunció a Winnebago por no advertirle en el manual de uso de que el programador de velocidad no es un piloto automático que toma curvas, frena cuando es necesario e incluso detiene el vehículo si preciso fuere. Por ello, fue recompensado con 1,750,000$ más una nueva caravana. Actualmente, Winnebago advierte de tal circunstancia en sus manuales, para el caso de que algún otro imbécil compre uno de sus vehículos.

Después de esto, ¿a quién le sorprende que en el cuestionario que te dan en el avión cuando vas a los EEUU te pregunten si vas a cometer un delito o un acto terrorista?
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Si te manejas bien en inglés puedes ir directamente aquí o acá.